A pesar de que te puedas encontrar en las antípodas ideológicas, con muy pocos puntos en común; es muy posible que te apasione su figura. Cuando menos, es llamativa y ha permanecido durante mucho tiempo en la primera línea de la política nacional.
A mí siempre me ha resultado una persona llamativa, una política de raza. O al menos, eso aparenta. También me encantaría entrevistarla, aunque sea para salir escaldado por ella. En efecto, Esperanza Aguirre es todo un personaje. Y digo personaje porque hace tiempo que a Esperanza se la tragó Espe. La exministra de Cultura y expresidenta del Senado siempre será recordada por perlas como “el hijoputa”, por aparcar donde no debe o por llamar antiespañoles a quienes están en contra de la tauromaquia.

Esperanza, desesperada